Rodrigo Moscoso vuelve a dirigir un largometraje, luego de su ópera prima “Modelo 73”, estrenada en 2001 y devenida película argentina de culto. Ahora, 18 años más tarde, vuelve a su Salta natal para divertirnos con una comedia de enredos.
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Juan (Javier Flores) es el más perdedor de todos. A sus 35 años, vive con y de sus padres, es piletero, y amigo de un freaky metalero. El pibe “quedado”, como todos lo definen, comienza a resurgir cuando conoce accidentalmente a Luciana (Bárbara Lombardo), una porteña de paso por el norte argentino. A partir de ahí, una serie de eventos, enredos y muchas mentiras los llevarán hacia una atracción difícil de ocultar.
La película logra generar empatía, a pesar de su liviandad. A veces, parece que no sabe adonde va a ir, pero Moscoso sabe salir de esos enredos con menos problemas que el protagonista de la historia, y logra que el público tenga interés en llegar hasta el final, a base de risas y alguna lagrima emotiva.

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