En la vida tenemos ciertas cosas que nos organizan, como el clima, el trabajo, o una actividad extracurricular; pero en esta sociedad hiperconectada, lo que más lo hace es la televisión.
El año comienza en nuestro caso con la llegada de las vacaciones, lo cual es curioso si uno se pone a pensar. Pero ya en marzo todos sabemos que comienza las nuevas telenovelas o las nuevas temporadas de las telenovelas, es decir arranca el año televisivo.
Generalmente, por esos momentos hay una competencia para ver qué serie arranca más temprano, porque se supone (y se ha comprobado) que “la novela que se instala más rápido es la que tendrá un éxito más grande y continuado”. Esto es más o menos lo que pasó este año en Argentina con el enfrentamiento entre Vecinos en Guerra y Solamente vos, las novelas de Telefé y Canal 13, respectivamente, ya que este año se decidió que la novela de Suar arrancara antes, para así poder competir con Vecinos en Guerra y así compensar por la mala temporada anterior.
En contraste, Estados Unidos maneja una modalidad de trabajo un tanto diferente: para empezar, ellos casi no tienen telenovelas diarias, o por lo menos no son las producciones más importantes. No se dan en el prime time, sino que se dan durante la tarde.
Las producciones que sí llegan al primetime se trasmiten semanalmente, y cada temporada tiene como máximo 24 capítulos. Estas series, que se podrían clasificar como “de calidad cinematográfica”, son producidas desde las señales de cable estadounidenses, como FX y AMC. Al ser de cable, no son sometidas a grandes controles a nivel estatal, por lo que tienen total libertad para introducir escenas más explícitas; y es ahí donde florecen series como The Walking Dead (AMC), Sons of Anarchy (FX), Mad Men (AMC), Breaking Bad (AMC) o Damages (FX).
Este tipo de series tienen una duración de una hora, incluyendo tres o cuatro cortes publicitarios de tres o cuatro minutos de duración, cada uno situado tras los momentos dramáticamente importantes del episodio. De esta forma, se logra una pausa menos traumática, ya que los anuncios están preparados por anticipado y tienen una duración pre-establecida, por lo que los guiones están escritos alrededor de ellos. En Argentina, en cambio, muchas veces los programas se cortan según el minuto a minuto; por ejemplo, un programa en el que no estaba pasando nada a nivel dramático quizás sea mandado al corte porque el programa del canal competidor está haciendo lo mismo.
¿Ahora, por qué se dan ese tipo de libertades las series estadounidenses? Varias razones: su mercado es mucho más grande, y su población es ampliamente superior a la nuestra, por lo que es posible hacer programas no tan “generalistas” y dirigirse a nichos directamente que le interesen cierto tipo de programa. Esta circunstancia provoca una fragmentación del mercado que beneficia al proceso creativo. Así, también, los canales no intentan llegar a todo el mundo con sus productos.
En conclusión, les recomiendo que cada vez que vean un capítulo de cualquiera de estas grandes series, disfrútelo como nunca, porque es nada más y nada menos que la manifestación de una era de creación pocas veces vista.
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