A partir de una duda existencial, se nos diparó la idea de indagar qué pasa cuando los actores que adoramos se introducen algún estupefaciente al cuerpo. Claro, si, estamos hablando del FASO, y de drogas en general. Vayamos paso a paso:
Para simular la cocaína en la gran pantalla se pueden utilizar diversas sustancias. En El Lobo de Wall Street, última película de Martin Scorsese, los encargados de la dirección de arte emplearon vitamina D en polvo. Algo curioso es que Jonah Hill pasó en cama un mes y medio con una bronquitis, debido a las numerosas ocasiones en las que aspiraba vitamina D.
Por su parte para la serie Homeland, los directores confirmaron que se elaboran dos tipos distintos de sustancias con el fin de que escenifiquen la cocaína en mesa y la que va a ser esnifada. “Normalmente es almidón de maíz (la clásica maicena), pero tienes que poner un poco de polvos de talco dentro porque el almidón es demasiado pegajoso y duro”, señala en una entrevista Gillian Albinski, director de arte de Homeland. Y si las líneas del guion indican que el protagonista tiene que esnifar cocaína, el actor aspira, en realidad, lactosa en polvo o vitamina B —también en polvo—, disponibles en cualquier tienda de nutrición.
Luego tenemos el caso de la heroína (nada de superhéroes) un poco más heavy. Veamos. Cuando en una escena la heroína es en polvo, se suele mezclar leche en polvo e Inositol, un compuesto orgánico perteneciente a la familia de la vitamina B. En las partes en las que se cocina la droga, se calientan soda y azúcar, en lugar de Inositol. Para las jeringuillas, se utilizan agujas de punta redondeada.
En el caso de las metanfetaminas parece todo bastante más sencillo, los actores simplemente se llevan a la boca unos simples caramelos. Un aliento a menta fresca dejan las pastillas que fabrica Walter White en Breaking Bad. Y para simular el crack, únicamente basta con dejar caer unas gotas de Krazy Glue, una especie de Poxy estadounidense, en una pila de soda para hornear. Al toque.
Al fin llegamos al charuto, ese que tanto nos gusta. Aquí se nos caen bastante los ídolo de Hollywood que admiramos tanto, ya que los encargados del decorado consiguen marihuana sin THC (el ingrediente que altera la conciencia) o, aún peor, simplemente arman y queman un cigarrillo armado de orégano.
Esperemos que no se hayan decepcionado y a la vez hayan aprendido qué decirles a sus padres si encuentran alguna de estas sustancias en su cuarto. “Pero Mamá, si esto es orégano nada más. ¿Qué te pensás?”
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