Luego de su paso los festivales de Rotterdam y San Sebastián, y tras haber sido elegida para representar a su país, Ecuador, en la carrera de los premios Oscar, llega a nuestro país “Alba”. El largometraje de Ana Cristina Barragán, que data del año 2016, y se puede ver desde el jueves pasado en la sala de Cine Virtual de la Asociación de Directorxs de Cine PCI, Puentes de Cine.
LEE TAMBIÉN: “Fehler 78”: Sobrevivientes y Argentinidades
LEE TAMBIÉN: Focus: una serie de ciencia ficción argentina con tráiler
El film es una historia íntima y conmovedora, un coming on age doloroso. Explica poco pero trasmite mucho, así es que prima el sugerir por el enunciar. Silencios profundos y pocos diálogos. Una triste historia de iniciación de una, también triste, niña que debe hacerse mujer a la fuerza. Nada será sencillo para una jovencita perdida en su propia vida. Un relato duro con imágenes oscuras que transmiten la crueldad de hacerse adulto, en un ambiente hostil. La cámara en mano sigue siempre a la protagonista, pero con una distancia adecuada para darle transparencia a sus pasos, como si no estuviera siendo filmada.
Alba (Macarena Arias) es una preadolescente que está pasando un difícil momento: hija de padres separados, como su madre está muy enferma, debe ir a vivir con su padre Igor (Pablo Aguirre), un solitario empleado municipal que vive en un departamento abandonado, como lo es todo su ser, a raíz de lo que podría ser una depresión aguda. Alba, tímida y con problemas para relacionarse con sus pares, tiene que atravesar ese paso a la adolescencia, de manera tortuosa. Igualmente, ella lo intenta todo, aunque prefiera quedarse en su casa armando rompecabezas en solitario, trata de encajar con los chicos y chicas de su edad, aun pasando por situaciones incómodas. El otro desafío de Alba es el de poder relacionarse con su padre.
Macarena Arias es omnipresente en la cámara, desaliñada siempre, con rasgos tristes, ojeras y una boca que casi siempre permanece cerrada. Alba es un personaje silencioso pero no por ello menos intrigante. Arias es la película completa. Es el primer protagónico de esta pequeña actriz que sugiere un mundo de sensaciones a partir de la gestualidad.
“Alba” es una historia de iniciación. Llega la adultez de forma abrupta. En una niña rota que tiene su primera menstruación acompañada de un padre que no tiene ni idea cómo colaborar con semejantes inquietudes. No es un film que explote en el sentimentalismo como gas lacrimógeno, pero Barragán lo hace sobrio, sensible pero sin golpes bajos. No es tampoco una película que contextualice o explique de más, por el contrario, es lo que se ve, ni más ni menos. La cámara sigue a la protagonista observando, sin juzgar, manteniendo la distancia propia de quien no quiere ser visto. No hay banda sonora más que los sonidos ambientales o la música que estén escuchando los propios personajes.
VISIONAR, UNA PLATAFORMA DE CINE Y SERIES ARGENTINAS GRATUITAS
Si se tiene paciencia, debido a los tiempos y sobriedad que maneja, es un film agradable de ver, doloroso pero real. Momentos que parecen no ser nada, pero denotan significados cargados de sentido. “Alba” se disfruta desde su veracidad y su profundidad.
PUNTAJE: 7/10

No hay comentarios