“Drift”, con guión de Helena Wittmann y Theresa George, y dirección de la primera, es una película con un toque diferente y a veces poco claro, y allí reside, en todo caso, su interés. Los mitos están allí. Y a veces no nos atrevemos a tocarlos, a verlos de cerca, a ahondar en ellos. A veces son cuestiones de tiempo y otras de miedo. Otras de expresividad y excesiva observación.
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Dos amigas transcurren los días mientras esperan el viaje de una de ellas. El marco de ruptura entre escena y escena es el sonido de la vida. El tiempo pasa muy rápido, dice una de las protagonistas, y la cuenta de los días ha pasado y el momento de partir llega. Ese sentimiento mágico del lugar que se deja y del espacio nuevo que está por venir. Hay algo de romántico emocional del sitio al que se pertenece y la congoja poética de lo que ya no va a ser, de los lugares que ya no se visitarán, y del reemplazo de los nuevos.
No son muy usuales, o al menos no llegan a gran público (para otro momento queda el debate sobre por qué se da ello) películas de este estilo en las que las herramientas sonoras de contexto y las visuales que se incorporen a las escenas desde un lugar central y generen el sostén de la situación. La fuerza poética y simbólica es tanto o más importante que la construcción de la estructura de lo que se cuenta, porque funcionan como el nexo más grande con lo que el público puede ver. Los diálogos mínimos son los justos y necesarios para que la historia sea comprensible.
Y es así que el quiebre entre escenas en el uso del sonido/silencio como significante deja una estela de sensaciones que van desde cierta incomodidad del desconocimiento de lo que viene a la sensación de un tiempo fraccionado con emociones encontradas, en el que seguimos a dos mujeres con un vínculo que no nos es posible (tal vez porque no es necesario) definir.
El agua limpia porque se lleva lo malo, el mar calma las ansiedades y los ánimos agitados, y el contacto con nuestro interior puede significar encontrar de mejor manera lo que somos y los que necesitamos ser. La película acompaña ello y el espectador puede entenderlo tanto como disfrutarlo.
“Drift” puede verse en la sala virtual de la Asociación de Directorxs de Cine PCI, Puentes de Cine
Puntaje: 9/10

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