Basada en hechos reales, “Princesita” es una coproducción entre Argentina, Chile y España. Con dirección de Marialy Rivas y guion de la directora junto a Camila Gutiérrez, la película cuenta la historia de una niña recluida en una secta, en el que el líder crea las reglas, mientras prepara a la menor para ser la madre de su hijo. El fanatismo no tiene límites y no hay fanatismos buenos o malos, y el caso que retrata la película aparte de nocivo y violento, es delictivo. Estas situaciones, infelizmente, traspasan la pantalla.
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La voz en off de Tamara, la protagonista, va llevando el camino del relato, en que traza la idea del despertar de sus emociones y la aceptación de la voluntad de Miguel, el líder. Pero el contacto con el mundo exterior y los cambios físicos que se producen en ella generan emociones que ni siquiera el teóricamente omnipresente líder puede controlar. Y allí es que echa mano de la utilización de la culpa y la manipulación para con Tamara, a quien ha ido tratando de inocular sus locas ideas de plan de reproducción del “Hombre nuevo”. Da miedo, casi, lo resonantes que son las palabras que Miguel utiliza, porque las dice con convicción y quienes se creen sus propias mentiras tienen usualmente la fuerza para que sus delirios de poder coopten la voluntad de quienes se someten y repiten lo que se les dicta.
Cuán malo o terrible puede ser un individuo (o un grupo de ellos), que ejerza un poder hipnótico y dominador en los demás, generando en los sometidos una falsa sensación de tranquilidad y protección, además de colocar en ellos la culpa si algo sale mal o se filtra al afuera. La protagonista, Sara Caballero (Tamara), gana con su naturalidad en el rol protagónico y acompaña con oficio un rol más que difícil y en ello es adecuadamente secundada por Marcelo Alonso en la piel de Miguel.
La vuelta de los acontecimientos hacia el final se traduce en un excelente manejo de la idea y el guion en la coordinación de los tiempos internos de la película. Valorable porque funciona muy bien en términos de cambio de ritmo y clima, a la vez que se descubre la locura de algunos líderes dominantes en todo su esplendor.
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“Princesita” ganó el premio al mejor guión dramático en Sundance. Se ha presentó en festivales como Toronto, San Sebastián o Valdivia. Se puede ver en la sala virtual de la Asociación de Directorxs de Cine PCI.
Las organizaciones coercitivas, “sectas”, existen más allá de la ficción, y suelen captar y manipular gente, mediante técnicas de persuasión coercitivas. Si querés saber más sobre ésta problemática o buscas información para ayudar a una víctima, te recomendamos que entres en la página del proyecto de Ley Antisectas.
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