Hernán Guerschuny “Espero que el Estado siga entendiendo la trascendencia de tener un cine nacional prolífico y diverso”


Un director atípico que empezó de grande con una pequeña película “El critico” durante el 2014 para dar el salto a una  superproducción (entiendan el contexto nacional) “Una noche de amor” escrita y protagonizada  por Sebastian Wainraich.

Sin Subtitulos no perdió la oportunidad de entrevistar al Realizador del film y  uno de los directores de la revista especializada Haciendo Cine.

¿Qué te atrajo del guión de Sebastián Wainraich? ¿Crees que lo hizo en forma de catarsis?

Hernán Guerschuny:  Mientras leo un guión trato de no intelectualizarlo. Intento -no es fácil, porque uno está enviciado de teoría de la estructura y te vas anticipando al relato- vivirlo en presente como si estuviera viendo la película. En el caso de aquella primera declas una noche de amor 2.jpgversión de Una Noche de Amor, me encontré riéndome con ganas de sus diálogos y situaciones. Lo cual no es poco. Es difícil reírse espontáneamente en el cine, y mucho más con un guión. Después llegó el tiempo de analizarlo y pensar en esos personajes, y en la identificación que generaban. Creo que Sebastián lo escribió con la misma naturalidad con la que escribe sus cuentos, sus obras de teatro o sus guiones para el programa de radio. El formato es algo secundario, lo primario es su discurso.

¿Cómo fue trabajar en conjunto el guión?

H.G: Nos divertimos mucho. Compartimos una misma manera de hacer las cosas. Dudamos, nos autocriticamos, pero como esto nos apasiona, siempre vamos para adelante. Intimamente sabemos que éste es el mejor trabajo del mundo.

¿Cómo se armó el elenco? ¿La idea de que Sebastián interprete a Leonel fue tuya? ¿Y la participación de tu hijo?

H.G: El proyecto vino de su mano. Y nos propusimos hacerla con él de protagonista porque lo tomamos como una película de autor (es) al estilo Woody Allen o Louie CK, donde el hecho de que el actor sea él mismo no es algo menor. Persona y personaje se mezclan en una fórmula que suma. Sebastián también hace de persona/personaje en su programa de radio, sus cuentos y el teatro. Trasladar eso al cine lo veía como un plus que podía resultar muy bien.

Lo de mi hijo es otro tema. Trabajar con chicos siempre es complicado en cine. Y a mí me provoca una mezcla de culpa por explotar a menores de edad como también mucho mal humor como director. Pero hacerlo con mi hijo era como seguir jugando en casa. Además Simón es tan relajado que creo que aún no entendió que estuvo en una película que van a ver cientos de miles de personas.

¿Apuntaron a hacer una película sobre el amor, que no lo idealice, que se distancie de las comedias románticas hollywoodenses?

declas una noche de amor 1.jpgH.G: Sí. A mí me divierte jugar con los géneros. Ya lo hice en El Crítico y creo que de forma más lateral aquí también. Con más de 120 años de cine y pantallas por todos lados, como espectadores tenemos los géneros incorporados, anticipamos todas las situaciones, y ya sabemos desde el minuto uno casi todo lo que va a pasar. Con El Crítico yo jugaba con esas reglas preformateadas, para reírme de ellas. En Una Noche de Amor intenté que lo previsible sea parte de la película. Como lo es el matrimonio: se trata de una estructura que nos da rutina, previsibilidad, y aún así la seguimos eligiendo. Lo que importa, siempre, es el viaje, el trayecto, y no el final. En definitiva el final de todos nosotros, aunque nos empeñemos en negarlo, sabemos muy bien cuál es. ¿o no?

¿Es una película con la que se pueden identificar parejas longevas?

H.G: Habría que preguntárselo a ellos. Aún no soy muy longevo. Pero sospecho que el tema de la vida en pareja identifica a quienes están viviendo el mismo tiempo que los perosnajes de la película como los que lo vivieron hace más tiempo. Y lo peor: advierte a quienes lo están por vivir!

¿Cómo fue pasar de una producción independiente a realizar un film producido por una productora de peso como Patagonik?

H.G: Como con casi todas las cosas (salvo una enfermedad terminal o quedar eliminado contra River de la Libertadores) tuvo desventajas y ventajas. Entre las primeras mencionaría el timming industrial que me exigió hacer y estrenar la película en tiempo declas una noche de amor 3.jpgrécord. Las ventajas son todas las demás. El Crítico estuve 10 años de mi vida para
concretarla, creía que hacer una película era algo que le sucedía a los demás. En cambio ahora tenía una estructura que me rodeaba que estaba al servicio de que yo haga la mejor
película posible. “Quiero a Frank Sinatra”, dije un día tratado de mantener mi seriedad antes de que me echen a patadas. “Dale, buenísimo”, me contestaron. ¡Eso es independencia artística!

¿Es complicado hacer una película entera en jornadas nocturnas?

H.G: Yo sigo creyendo que hacer una película es un milagro. Así que el rodaje es la concreción de ese sueño, de todas esas horas imaginando cómo sería todo. Las jornadas nocturnas generaban mucho cansancio, pero una gran mística. Hacer cine ya es algo especial y hacerlo en esos horarios contrarios a la vida real de la gente, mucho más. Creo que como la vida es bastante complicada, nos inventamos estos juegos y nos hacemos que trabajamos.

Entrando en un terreno más político: Considerando al nuevo presidente del INCAA ¿Considerás que se abre una nueva etapa en el cine argentino? 

H.G: El rol del INCAA es fomentar el cine, y espero que eso suceda cada vez más y mejor. Creo que lo importante -más allá de las necesarias discusiones sobre posibles cambios en el plan de fomento- es que el Estado siga entendiendo la trascendencia de tener una cinematografía nacional prolífica y diversa.

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