Fabián Quintá – Columna Flashback | Los Monstruos y el uso indebido de la ciencia en el Cine


godzilla viejoNo fue sorpresa que Godzilla, versión 2014, fuera una de las películas más taquilleras de mayo. Cosas como esta nos remiten a la larga tradición que han tenido las películas que relacionan el uso indebido de la ciencia y los monstruos: porque no hablamos de los monstruos “sobre-naturales” como Drácula, El Hombre Lobo, o el del Lago Ness. Estamos hablando de aquellos que por la intervención del hombre se transforman en “monstruos”. Y hablamos de animales monstruosos, como el caso de Godzilla y sus sucedáneos japoneses, pero también de los “hombres-monstruo”, al estilo Frankenstein, el Increíble Hulk, o el Hombre Invisible. Y todos estos monstruos tienen su origen en la desconfianza al progreso, al uso indebido de la ciencia.

En el caso de Godzilla, es conocido que apareció allá por 1954 en Japón, y la historia apuntaba a un monstruo cuyo desmesurado crecimiento obedeció a las radiaciones atómicas. Recordemos que Estados Unidos había lanzado en 1945 bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, provocando centenares de miles de muertos y millones de afectados por la radiación. Pero desde ese año y hasta la década del 60 eran más o menos frecuentes las detonaciones de bombas atómicas por parte de la Unión Soviética, Estados Unidos, y las naciones europeas. El miedo no solo estaba en la destrucción lisa Frankenstein Boris Karloffy llana de toda especie viviente, sino también en cómo esa ciencia, la ciencia atómica, podía afectar al ser sobreviviente, las mutaciones que podía generar, los crecimientos desmesurados. Así Godzilla surge de una isla contaminada por radiación, y barre con todo lo que se le ponga adelante. Las series japonesas de los 60, como Ultraman, tratan varias veces sobre estos monstruos salidos de la nada.

Claro que este uso indebido de la ciencia, o la ciencia descontrolada, tiene sus antecedentes en lo que se vivió a comienzos del siglo XIX, cuando surgió la medicina experimental, la electricidad, las nuevas tecnologías de aquella época. Es ahí donde encontramos el primer monstruo humano, a Frankenstein, una novela inglesa de 1818 en la cual el Dr Frankenstein recupera partes humanas, crea un monstruo y le da vida a través de algo nuevo… la electricidad.

Y eso obedece a que en esa época, científicos tomaban partes desmembradas de los cuerpos y veían que aplicándole electricidad, se movían por si solas. De ahí, a darle vida a todo un ser humano, no había más que un paso.

march fredric dr jekyll and mr hydeOtro “uso indebido de la ciencia” se dio en El extraño caso del Dr Jeckyll y el Sr Hyde, una novela escrita por Robert Louis Stevenson y publicada en 1886 que trata acerca de un abogado, Gabriel John Utterson, quien investiga la extraña relación entre su viejo amigo, el Dr. Henry Jekyll, y el antisocial Edward Hyde. En esta novela, que si tuvo gran éxito, el Dr Jeckyll reconoce que toda persona tiene  “un lado bueno y un lado malo”, y a través de una droga, lo que busca es escindir esas dos partes, para terminar con la mala. Pero al Dr Jeckyll las cosas se le van de las manos. Primero no puede controlar lo que hace Hyde, violaciones, asesinatos, engaños, para luego tomarle el “gusto” a ese psicópata.

Tal vez alentada por el éxito del argumento del libro, tuvo su primera gran película muda  en 1920, es decir, antes que Frankestein llegara al cine.

el hombre sin sombraAhora saltamos varios años, llegamos al 2000 y encontramos a Kevin Bacon haciendo “El hombre  sin sombra”, en la que un científico prueba una nueva droga y se transforma en un hombre invisible. A partir de allí, viola, asesina, y provoca cualquier estropicio. Esta película, y varias anteriores de su género, están inspiradas en la novela “El hombre invisible” de H.G. Wells de 1897. En este caso el tema es más profundo, más moral. ¿Qué pasaría si nadie nos puede ver, y, por ende, no podemos ser castigados? ¿Nos portaríamos de manera correcta o haríamos cualquier locura?

Como sea, tenemos que esperar nuevas u mejores películas de monstruos por el uso indebido de la ciencia, que siempre son más entretenidas que los melodramas sobre muy bellos adolescentes vampiros.

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