Lamentablemente, ésta es una de las cosas que no se quieren evitar (en su gran parte), y que se ven seguido en países con sistemas de subsidios para las artes en épocas de crisis económica: este año, el gobierno español ha decidido hacer un recorte del presupuesto correspondiente a 2014 para los susodichos de un 12,4%, equivalente a 6,83 millones de euros.
Éste próximo recorte se suma a una tendencia presente desde años ya, y que viene manifestándose más notoriamente desde el año pasado, a partir de un recorte del 22,6% respecto del 2012, donde representó una baja de 16,07 millones. En este baile se ve envuelto el Instituto de la Cinematografía y las Artes audiovisuales (ICA) y su fondo de protección a la cinematografía, que también será reducido hasta un total de 33,7 millones.
Al tener este fondo deudas con los productores de cine de alrededor de 60 millones para el 2014, y considerando que el fondo no podrá utilizar la totalidad de su presupuesto disponible (apenas la mitad de la deuda) para saldar su compromiso, ya que deben invertir también en otros gastos, los productores han concluido que esta última maniobra presupuestaria es el primer paso hacia terminar con la industria cinematográfica en España.
El productor Alvaro Longoria de Morena films, acreedor de pago para 6 películas, opina sobre el asunto: “es absurdo cargarte una industria que genera decenas de miles de puestos de trabajo por 20 millones de euros, cuando TVE (la televisión estatal española) se gasta cada año 80 millones de euros en comprar cine estadounidense“.
Sinceramente esperamos que se pueda volver a las promesas pre-crisis, donde los principales partidos políticos pactaron que hubiera 100 millones disponibles para esta industria. ¡Que se luche por el cine español, carajo!
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