No hay dudas de que este tipo de comedia (encabezada por Nico Vázquez como pieza fundamental a la hora de vender la película) tiene muchísimos ingredientes de comedias estadounidenses como “¿Qué paso ayer?”, “21 La gran Fiesta”, las múltiples “American Pie” y, las tal vez ya olvidadas, “Viaje Censurado” o “Euroviaje Censurado”.
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Un sujeto (Alan Sabbagh) con una vida desgraciada en varios aspectos (el trabajo, el amor, y sus pasatiempos) tiene muy poco que esperar de su futuro. La solución que encuentra, junto a los personajes de Benjamín Amadeo y Nicolás Vázquez, es hacer una fiesta que el personaje de Vásquez promete como “tranquila” pero termina siendo… bueno, ustedes se imaginarán.
Bancamos esta película y, sobre todo, la creación de una industria de cine nacional que escale a las primeras posiciones, pero sería interesante abrir el debate sobre la réplica del cine nacional a la comedia norteamericana. ¿Sería posible que, de no existir esta película, otra estadounidense de características similares la reemplazaría? Y eso sin generar un mercado de consumo real. Por otro lado, podríamos decir que no hay mejor forma de combatir al cine estadounidense que utilizando sus propias armas.
Eva de Dominici, Julián Kartún, César Bordón, Luciano Rosso, Ezequiel Campa, Paula Carruega, Julián Lucero, Atilio Pozzobón, Fabián Arenillas, Sebastián Presta, Graciela Pal y Roberto Carnaghi completan el elenco. Nicolás Silbert y Leandro Mark (“Caídos del Mapa”) son los directores, a partir de un guión que el primero firmó con Lucas Bucci, Tomás Sposato y Agustina Tracey. Originalmente prevista para el 16 de marzo del 2017, verá la luz el próximo mes de octubre.
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[…] Anteriormente habían estrenado un teaser, y este tráiler de ahora desarrolla muchísimo más la historia: un trío de amigos que, en el afán de sacar a uno de ellos (Alan Sabbagh) de la depresión post corte con su novia y crisis laboral, organizan una fiesta en una casa que le estaban cuidando a un tipo muy poderoso, y de donde desaparece un cuadro muy importante. […]
Lamentablemente, el problema es histórico y alcanza al día de hoy: la industria cultural estadounidense se ha expandido de tal manera, que ha implantado en el imaginario, no solo argentino, sino también de alcance mundial, la sensación de que todo lo que proviene de dicha súper potencia es de calidad y de superioridad a cualquier producto hecho en el resto del mundo. Por eso se informan sobre los recitales de artistas norteamericanos, sobre las famosas series al estilo “Breaking Bad”, o sobre los films resaltados muchas veces en demasía. Y ahí está el problema, en que tenemos incorporado en nuestra mente la superioridad de la industria cultural de Estados Unidos, surgiendo, por lo tanto, este tipo de productos como “La última fiesta”. Ahora, hay excepciones como “El secreto de sus ojos” es donde la historia se escribe al revés. Pero son situaciones que suceden rara vez , en consecuencia, debemos valorarlas mientras luchamos con la cultura yankee.