El domingo fue el Día Internacional del Teatro y luego de charlarlo con mis compañeros de equipo, decidí darme una licencia, y escribir una opinión completamente personal sobre la realidad teatral actual, área que me compete aún más que la cinematográfica.
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El domingo por la noche CRIA (Colectivo de Resistencia Interdisciplinario de Arte) convocó a realizar una pequeña acción poética frente al Teatro San Martín: prender una vela y dejarla en la puerta del teatro, a modo de reclamo “ante la evidente falta de un proyecto cultural/ teatral que represente a CABA y en repudio a los dichos del actual Ministro de Cultura de la misma ciudad, Darío Lopérfido”. Esta no es la primera vez que un grupo auto convocado denuncia el vaciamiento del Complejo Teatral de Buenos Aires, el cual cuenta con cinco teatros: San Martín, Regio, Sarmiento, Presidente Alvear, y el Teatro De La Ribera. En diciembre de 2015, luego de que se cancelara sorpresivamente la conferencia de prensa donde se iba a anunciar la programación para 2016, las agrupaciones “Foro Danza en Acción” y “TIM” (Teatro Independiente Monotributista), se manifestaron frente a la puerta del Teatro San Martín. Los mismos grupos fueron los encargados de denunciar, mediante una serie fotográfica y la conferencia performática “Informe SM”, el vaciamiento que se viene dando en el Complejo: el Teatro Regio tuvo una sola obra en cartel durante todo 2015, el Sarmiento dos, y a diciembre de 2015 el Teatro De La Ribera llevaba 407 días cerrado, mientras que el Teatro Presidente Alvear rondaba los 560 días cerrado. Como frutilla del postre el anuncio del cierre del Teatro San Martín, para terminar obras que ya llevan más de tres años, fue hecho en exclusiva al Diario Clarín. A un diario. Los trabajadores de la cultura, los integrantes de las obras que eran parte de la programación se enteraron por una entrevista.
Igual de alarmante es la situación que viven varios teatros, independientes y comerciales, por el aumento de la luz. Alejandro Cruz afirmó en una nota publicada en “La Nación”: “El Teatro Maipo pagaba 17.300 pesos. Ahora, 89.400. Las dos salas de Timbre 4 pagaban unos 5000. Ahora, 25.000. El Tabarís, según la boleta anterior, andaba por los 9100. Bajo la nueva tarifa, el importe sube a 48.100. El Teatro del Pueblo pasó de unos 1500 o 1800 a 7400. El Liceo pasó de 6800 a 38.200. El Multiteatro, de 11.600 a 60.700. La Plaza, de 10.500 a 74.900. El Centro Cultural Konex, de 11.500 a 51.800. El Nacional, de 15.300 a 99.700. La Carpintería, de uno 1000 o 1500, a 7500.” Sin duda, las salas independientes y autogestionadas serán las más afectadas por los aumentos; y si el aumento se traslada al precio de las entradas, es muy posible que se reduzca la cantidad de público. Hasta el día de hoy, el Ministro de Cultura de la ciudad no ha hecho ningún anuncio respecto de políticas culturales que ayuden a sobrellevar el impacto de la suba de luz. Eso si, cuando la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es nombrada como una de las ciudades con más oferta teatral del mundo (más precisamente la cuarta, en el mismo lugar que Londres, según ésta nota) chapeamos todos.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires está bajo el gobierno del mismo partido político desde hace ocho años ya. Hace varios años, también, venimos siendo testigos de la negativa de éste gobierno a reglamentar los centros culturales, conflicto que llegó a su punto culmine el año pasado: luego de masivas clausuras que se aprovechaban del vacío legal y gracias a la presión ejercida por todos los trabajadores de la cultura se aprobó en diciembre de 2014 y se reglamentó, en octubre de 2015, la Ley de Centros Culturales. El vaciamiento de nuestros espacios ya está sucediendo, y va a continuar si no se ponen en marcha políticas culturales acordes al contexto. En el panorama actual no se salva nadie, pero los primeros en caer van a ser, infelizmente, los espacios independientes: el desinterés por éste sector es claro. No queda más que pelearla (para aquellos que formamos parte de ese gigante denominado TEATRO, “tener que pelearla” no es nada nuevo). Toda ésta información, que me costó reunir y procesar, me deja un gusto agrio en la boca. Queda en el aire la sensación de que al gobierno actual no le interesa el desarrollo cultural. ¿Será que cuanto menos pensemos mejor?
Las fotos de la nota corresponden a una acción realizada por el Foro Danza en Acción en diciembre de 2015.
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