Lo que vamos a contar a continuación es casi una no-noticia. El estudio del comportamiento de los espectadores con respecto a las novelas de tinte adolescente o joven adulto viene causando que los productores decidan dividir los últimos títulos de sus correspondientes franquicias a modo de estirar un título exitoso y así maximizar ganancias. La tendencia comenzó a notarse con Harry Potter, en cuyo caso la séptima entrega fue dividida en dos partes; se repitió la fórmula con Crepúsculo, y ahora todos lo hacen. Y la última (por el momento) será Los juegos del hambre: Sinsajo.
Toda estructura, sin embargo, se hace también para romperse. La película Maze Runner, dirigida por Wes Ball, ha recaudado más de 190 millones de dólares en todo el mundo – con 34 millones de presupuesto – y, más allá del hecho de que se presupone que también habrá una tercera y última entrega, La cura mortal, Wes Ball ha dicho explícitamente que no se dividirá en dos; en otras palabras, parecería la inversa de la “fórmula ganadora”. ¿Por qué lo decimos? Sencillo: la serie de libros en los cuales se inspira la franquicia consiste de 4 tomos, y el director ha declarado públicamente que no querría estirar la producción a más de 3. En sus palabras: “Creo que tres es el número ideal; introducción, nudo y desenlace. ¿Cuatro? El número cuatro no me convence. Para mí, si es que tengo el poder de decidir en esto, lo ideal serían tres películas“.
Los estudios 20th Century Fox han anunciado que la secuela, Las pruebas, llegará a los cines el próximo 18 de noviembre de 2016.
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