¿Qué onda esa peli? “Uncut gems”, una joya indiscutible.


Adam Sandler tiene un modus operandi bastante particular. Si se trata de una película lanzada por su productora, Happy Madison, nos garantiza carcajadas en un filme de calidad dudoso, como si estuviera de vacaciones en lugar de trabajar. Así lo hace en filmes como Grown Ups (2010), Blended (2014), Jack & Jill (2011), entre otros. Pero llegó el turno de ver al verdadero Sandler, el de The Meyerowitz Stories (2017), esta vez mejor que nunca. De la mano de los hermanos Safdie, responsables de la estupenda Good Time (2017), nos llega Uncut Gems, un thriller con toques de comedia donde nos mantienen en alta tensión, en un enorme aura de estrés, con el ya definido estilo de estos hermanos que están poniendo huella en la industria del cine.

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Esta es la historia de Howard Ratner (Sandler) un establecido joyero judío de Nueva York cuya vida está repleta de altibajos. Disfruta de las buenas ganancias, pero su vida personal está en peligro gracias a sus apuestas incontrolables. Dichas acciones lo dejan hasta el cuello de deudas con su cuñado, así que tendrá que equilibrar su trabajo, su familia y sus adicciones al juego antes de que todo colapse.

Los Hermanos Safdie nos introducen en una historia donde abundan las malas decisiones. Si bien el tema de la película son las deudas a pagar por las apuestas, lo que menos aborda esta historia son las apuestas tal cual. Más bien, se trata de un análisis de personaje. Imaginemos que vemos una película de mafiosos, con el típico personaje que le le debe plata a este grupo delictivo. Pues en Uncut Gems, el protagonista es ese arquetipo, pero mejor explorado. El 99% del filme lo vemos a él, su incómoda relación con su familia, su estresante aura de negocios y su agitada relación con su voluptuosa amante, también empleada. Para solucionar sus problemas, se mete en otros. Howard es la representación en carne y hueso de la desesperación, el gran producto de las malas decisiones.

Todo ese desarrollo lo carga un espectacular Adam Sandler como nunca lo hemos visto, es capaz de cargar toda la película, de reflejar ese estrés, esa incertidumbre, ese aire de grandeza en la vida de un hombre que siempre pierde. Durante los primeros veinte minutos, vemos al Sandler de siempre, el chistoso, el simpático. Pero cuando llegamos al segundo acto, vemos la vulgaridad y la desesperación en su rostro. Comparado con el introvertido de Punch Drunk Love (2002) y el neurótico de The Meyerowitz Stories (2017), esta interpretación es más oscura, su mejor actuación hasta la fecha. Algo que deberá ser reconocido en la temporada de premios. También se destacan las excelentes actuaciones de Julia Fox, Idina Menzel, Lakeith Stanfield, Kevin Garnett y Eric Bogosian. Cada uno dando la talla y brillando en al menos una escena. Se nota mucho que los Safdie saben dirigir actores.

La película va de menos a más, con un primer acto que nos presenta el contexto en el que vive Howard, hasta desatar la problemática mayor del filme: él mismo. Estamos ante una película ruidosa: discusiones, gritos, peleas, amenazas, persecuciones, cada escena se aborda con un estilo visual muy único, desde el punto de vista de unas gemas incrustadas en una roca. Con una duración de dos horas y quince minutos, la película tiene un ritmo impresionante, podés reirte por momentos pero también te mantiene al borde del asiento, no olvidemos que es un thriller callejero. Tiene toda la esencia neoyorquina, se nota una vez que los directores son oriundos de ahí y que también es producida por Martin Scorsese. Parte de ese ritmo frenético y extravagancia reside en la curiosa música de Daniel Lopatin, un trabajo bastante extraño que nos envuelve en la historia.

Pero también se debe aclamar la dirección de los Safdie, con ese sello característico de cine de autor indie, son también guionistas junto con Ronald Bronstein. Cada diálogo importa, cada situación te genera intriga. Durante el segundo y el tercer acto, la película nos llena de adrenalina con cada situación que nos presentan. Los últimos 40 minutos son tensos, atrapantes, estresantes y llega a una conclusión impredecible, que vale la pena ver uno mismo sin spoilers.

Todos estos ingredientes se juntan para darnos una joya indiscutible, Uncut Gems vale cada minuto de tu tiempo. Sin dudas, este filme entra perfectamente en el top de los mejores estrenos del año. Son 135 minutos de adrenalina y malas decisiones, pero manejado de la manera más atrapante posible. Un filme brillante y de alto valor que merece ser apreciado con una lupa.

firma David Cavazos

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