Arrancamos el programa reflexionando sobre las cuestiones que se extienden en el tiempo y en tamaño, así como también planteando la teoria de que la boludez atrae más boludez, con una afiladìsima Lucia Loria hablando desde el sótano de la radio, haciendo las veces de productora en reemplazo del vacacionado Libo (el tipo se había ido a Islas Caimán) y con los mismos co-co-conductores de si-si-siempre. Además hubo un acalorado enfrentamiento entre Catriel y Flor en torno al éxito de los spin-off (son esas series a partir de un personaje consagrado de otra serie) que logramos disipar rápidamente para darnos paso a revelar que Matías y Andy Kutznezoff podrían haber sido la dupla de conductores de este bello programa, el cual, esta vez, estuvo operado por Edgardo, operador de toda la primer temporada que nos trajo a Ricardo Iorio.
Ariana Bouzón (apellido que dijimos mal hasta cuando lo quisimos corregir) es organizadora del Festival Buenos Aires Rojo Sangre y nos atendió para contarnos sobre cómo se desarrollo la 14ta edición del mismo, la sobre-producción de cine nacional en competencia, el involucramiento con todo el cine de género (no solo el de terror) y por qué puede seguir funcionando, creciendo, e insitucionalizándose en el circuito con todo el personal trabajando ad-honorem.
Urdapilleta, donde, al parecer, nada es lo que parece.
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